miércoles, febrero 06, 2008

MARIA HELENA

El alba empieza a aparecer y las estrellas su resplandor dejan ver, su luz tirita asombrosamente en el iris de sus ojos como el primer día que te vi.
Oh, mi vida, María Helena, era como una velada sombría con la brillantez de una vela, ésta por poco extinta ha sido convertida en llamaradas ardientes que percibo en besos tuyos cada día, retozando por ellos de alegría.

Muchas cosas pasan a diario, tantas que todo es monótono,
A veces la vida se torna al revés y vemos colores oscuros.
Risas que alumbran los senderos de la existencia mía,
Iris secular y clarificante púsome vitalidad al alma.
Amor segregan mis poros, ya hay calma.

He sentido, me han querido, me han amado; no como tú
Estragos y pruebas he pasado por ti.
La tierra, la gente cambia y cambiará; como yo y tú.
Emancipaciones de miedos sólo por ti,
Nada puedo aborrecer hoy, sólo hay mañana contigo.
Ámame, quiéreme; todo.

No sé si la vida haga que siempre este contigo, ni sé que pasará luego de estrechar tu cuerpo; lo único que sé es que mi vida ha cambiado, tus caricias me ha enviado a un mundo perfecto donde la belleza es uno de tus suspiros que yo aspiro.

¡Cómo no amarte!, ¡cómo no quererte!. Los días pasan por ti, la Luna sale por ti, el tiempo pasa y es por ti; cada pensamiento, cada respiro es por ti. Me duele pensar que tu no estuvieras, ya que cada rayo de luminosidad de las estrellas recordarían mi condena cada “TE AMO” y cada “Te Quiero” que quise darte y no te di.

Por eso te querré como nunca he querido a nadie, te amaré como nunca he amado a nadie; y te recordaré como nunca he recordado a nadie. Esto solamente lo hago por ti